Emergencia climática: cómo reducir la generación de CO2

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En muchos procesos industriales se necesita calor para fabricar. Ese calor se genera “quemando” combustibles, gas, fuel, biomasa, etc. Hay diversas formas de transmitir / transportar calor: vapor, aceite térmico, eléctrico, aire caliente, etc.  Se proponen dos tecnologías probadas, eficientes y disponibles para reducir el consumo del vapor y recuperar hasta el 100% de la energía de los humos de combustión.

Reducir generación de CO2, reduciendo consumo de energía

Se distribuye el vapor a los equipos consumidores por una línea principal. Para que el vapor transmita la máxima energía que contiene, debe estar lo más seco posible, libre de gotas de agua que reducen su capacidad de transmisión. Después de los equipos consumidores y al ‘entregar’ la energía contenida, el vapor se condensa, se transforma en agua. La mayoría de los circuitos dispone de una red de retorno por la que se devuelven los condensados a la caldera para su reutilización.

Para separar el condensado del vapor se utilizan purgadores de diferentes tipos para diferentes aplicaciones: termodinámicos, termostáticos, de boya, de cubeta invertida… Todos estos tipos de purgadores tienen un denominador común, son mecánicos.

Para mantener en buenas condiciones las líneas de vapor y condensados, se deben mantener en buenas condiciones los purgadores, por lo que es recomendable hacer revisiones anuales para localizar los purgadores que están averiados o cerca de estarlo, y así se evita que:

1. Si el purgador de línea se bloquea o no purga bien, llegue agua a los equipos reduciendo su rendimiento

2. Si se bloquea el purgador del consumidor, se acumule agua en el equipo reduciendo su rendimiento

3. Si ‘fuga’ cualquiera de los purgadores, va a provocar dos efectos:

  • a. Sobrepresión en la red de condensados que puede bloquear a los equipos de baja presión, y aumentará la presión en el depósito de condensados
  • b. Fugas de vapor a la atmósfera, lo que quiere decir, fugas de euros a la atmósfera.

Esto es de todos conocido, pues los purgadores mecánicos, como su descripción indica, tienen ‘mecanismos’, que con el tiempo se desgastan. Así, al usar purgadores mecánicos se deben revisar, substituir y reparar anualmente, asumiendo estos costes y, además, asumiendo también los costes ocultos de los purgadores que ‘fugan’ entre revisión y revisión.

Un purgador DN25 a 6 barg que esté fugando, fuga 55 kg/h de vapor. Si trabaja 8.500 horas año, esto significa una pérdida económica de: 55 kg/h x 8.500 h / 1.000 kg = 467,5 t de vapor x 27 € = 12.622,50 €. Como sabemos, la media de los purgadores que van a estar en fuga es de un 10%.

Reducción de consumo de vapor y eliminación de fugas con GEM

El mercado dispone en la actualidad de la tecnología GEM, que sustituirá a todos los purgadores mecánicos. Los GEM son purgadores de conductos por etapas, considerados de alta eficiencia, que ofrecen mejoras importantes respecto de los purgadores mecánicos, pues no tienen mecanismo, por lo que no se desgastan ni averían. Con esta tecnología se optimizan las redes de vapor y condensados, pues se reduce el consumo de purgadores. Los GEM no necesitan energía para trabajar, ahorran hasta un 30% de vapor respecto de los purgadores mecánicos, al no haber mecanismo no hay averías, por lo que no hay reparaciones, substituciones, y, además, se elimina el riesgo de fugas, por lo que los purgadores GEM nunca van a desperdiciar 12.622,50 € al año.

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